El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a levantar este lunes sospechas sin pruebas sobre las urnas electrónicas y dijo que el análisis sobre si hubo fraude en la primera ronda de las elecciones de octubre lo están haciendo las Fuerzas Armadas.
«En este momento, como las Fuerzas Armadas han sido invitadas a integrar una comisión de transparencia electoral, este trabajo lo están haciendo las Fuerzas Armadas (…) tienen un gran equipo en el Comando de Ciberdefensa trabajando en este asunto», dijo Bolsonaro en una radio de Río de Janeiro.
Los militares anunciaron que analizarían la imparcialidad de la primera ronda de las votaciones celebrada el 2 de octubre, pero más de dos semanas después no han presentado públicamente un informe al respecto.
Recientemente, cuando se le consultó si había recibido el informe de las Fuerzas Armadas sobre las elecciones, Bolsonaro se negó a responder.
Los observadores nacionales e internacionales que siguieron las elecciones atestiguaron su imparcialidad y no hubo denuncias de fraude en el sistema de votación.
Aun así, Bolsonaro, que aparece en segundo lugar en las encuestas por detrás del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, repitió en la entrevista acusaciones y sospechas infundadas de que las urnas son susceptibles de fraude.
«Todo el mundo es unánime en decir que no hay un sistema impenetrable, un sistema inviolable», dijo. «El TSE está con una urna bastante anticuada, de finales de los 90».
El Tribunal Superior Electoral (TSE) ya ha aclarado en varias ocasiones que el sistema es auditable, por ejemplo, a través de las papeletas impresas por cada uno de los equipos al final de la votación, y que la urna electrónica no está en ningún momento conectada a internet.
Bolsonaro también se ha negado a responder en el pasado si aceptaría el resultado de las elecciones si es derrotado en la segunda vuelta, prevista para el 30 de octubre.