Los principales agentes económicos del mercado internacional coinciden en señalar que los bancos centrales, tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos de Norteamérica, lograran controlar la elevada inflación que viene golpeando sus economías. En lo que sí no hay mucho consenso es en qué momento se alcanzaría esta meta u objetivo y a qué costo.
Pese a la actual incertidumbre, una parte de los mercados financieros ya empieza a incorporar este escenario, aunque reconocen que la tasa de inflación seguirá alta, hasta por lo menos la segunda mitad de 2023, que se espera vaya disminuyendo paulatinamente. Sin embargo, existen sectores que son más cautelosos o reservados, y prevén que la meta de alcanzar un 2% de inflación al año como espera la Fed recién se alcanzaría a finales de 2024.
En tal sentido, coinciden en que los bancos centrales cumplirán con detener la inflación pero no se sabe cuándo será: ¿2023 o 2024? He ahí el dilema que se preguntan en los mercados internacionales.
Tasas de interés
Los incrementos recientes y sistemáticos en las tasas de interés de los bancos centrales responden a una estrategia para controlar el incremento de la tasa de inflación en los países de Europa y Estados Unidos que actualmente es de 8% interanual. Con mayores tasas, lo que se busca en el fondo es elevar el costo del crédito, restringirlo y reducir así la demanda sobre productos y servicios, para controlar las expectativas de inflación y hacer que los precios comiencen a disminuir gradualmente.
Obviamente todo esto tiene un costo, mayores tasas de interés para préstamos personales, mayor costo de las hipotecas, encarecimiento de los créditos vehiculares y créditos para la inversión, mayores deudas para las empresas, mayor desempleo, es decir, menor crecimiento de la economía que puede alcanzar niveles de recesión.
Reunión de banqueros
Efectivamente, la política monetaria emprendida por los bancos centrales es disminuir a toda costa la inflación pese a que ello conlleve a una posible recesión. Sin embargo, lo que preocupa a los mercados es cuando se darán estos resultados.
No debemos de olvidar que recientemente, los principales banqueros centrales del mundo se reunieron en su cumbre anual en Jackson Hole, Wyoming, (Estados Unidos) un retiro de verano que se ha convertido en el referente mundial de política económica de acuerdo a las agencias de noticias, se destacó la exposición del presidente de la Fed, Jerome Powell quien señaló que la restricción monetaria seguirá su curso, y que no descansarán hasta que la inflación regrese a los objetivos de los bancos centrales, aunque eso pueda afectar a las economías del mundo.
Gran parte de la elevada inflación actual se debe a que los principales gobiernos y bancos centrales del mundo fueron muy activos durante la pandemia con importantes estímulos monetarios y fiscales nunca antes vistos para evitar una posible recesión. Todo ello generó una demanda de bienes de consumo y de servicios muy fuerte que la oferta no pudo absorber.
En la economía real, vemos que existe menos fuerza laboral activa que antes de la pandemia y ello fuerza los salarios al alza y los precios al alza. Lo anterior aunado a la guerra Rusa-Ucrania, el costo de alimentos y de energía, generaron un elevado costo de vida, sobre todo en la Eurozona.
Así las cosas, los mercados financieros estarán a las expectativas del accionar de las autoridades monetarias no solo sobre la inflación, sino también sobre el crecimiento económico, lo que podrían tranquilizar a los mercados o generar mayor volatilidad e incertidumbre.