En rojo: balance negativo para la economía peruana en el primer año de Pedro Castillo

Mayo último fue un mes sombrío para la minería peruana. Según un reporte del Ministerio de Energía y Minas (Minem), la producción de cobre en Perú cayó 11,2% interanual. Meses atrás, en marzo específicamente, el Minem también reportaba que la producción del metal rojo había alcanzado las 172.334 toneladas métricas finas (TMF), un volumen 0,4% mayor a lo registrado en febrero de 2021, pero 13,5% menor a enero de este año.

Estas cifras dan cuenta de una desaceleración en la recuperación de la explotación del cobre. Y es que Perú, el segundo productor global de este mineral, viene registrando uno de los niveles más bajos de producción en los últimos 13 meses. Lejanas parecen las épocas en las que la producción del país andino rondaba en promedio las 200.000 toneladas al mes.

Esta caída en la producción afecta a la gran minería. “Se ha visto una fuerte paralización en seis minas entre agosto de 2021 y mayo de 2022, como Buenaventura, Antamina, Apumayo, Las Bambas, Cuajone y Nexa. Durante este periodo se han dejado de exportar US$ 470 millones. Inclusive en Cuajone (propiedad de Southern Peru) se dejaron de pagar S/ 8,5 millones en impuestos y regalías. Asimismo, esto ha impedido la exportación de minerales por US$ 5 millones al día debido a los bloqueos. Las Bambas ha enfrentado bloqueos y paralizaciones por varios meses no consecutivos, pero al no lograr controlar los conflictos, estos se reactivan a las pocas semanas”, dice Omar Narrea, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico.

Obviamente, la principal razón de los bloqueos y consecuentes paralizaciones de las operaciones mineras son las protestas de comunidades cercanas al corredor minero, que han afectado a minas claves como Las Bambas, de MMG o la misma Cuajone.

Los conflictos sociales y las fluctuaciones de la producción minera se han intensificado en el último año, tras el inicio del gobierno del presidente Pedro Castillo, quien a pesar de no haber cumplido promesas de campaña como la nacionalización de empresas de sectores extractivos, ha logrado mermar la industria que más ingresos genera al país andino en una coyuntura de altos precios de minerales.

“El sector minero ha sido el más impactado en términos de producción sectorial y esto es un tema de manejo político porque los precios del cobre y otros metales han estado al alza. Hay un tema estructural importante; en el futuro cercano la nueva economía va a demandar insumos para autos eléctricos, combustibles bajos en fósiles y energías limpias. El cobre, la plata y muchos de los productos que tiene Perú son necesarios para este proceso y van a seguir subiendo de precio. Aquí hay una oportunidad interesante desde el punto de vista del mediano y largo plazo que no se está aprovechando”, dice César Fuentes, director de la Maestría en Gestión Pública de ESAN.

Otro factor que influye a nivel local es la casi nula inversión en futuros proyectos. En minería esto es crítico, tomando en cuenta las menores leyes del cobre extraído en diversos depósitos.

“Para el próximo año no existe inversión privada que pueda venir al país. Evidentemente, no lo pudimos hacer peor en el mejor momento de precios de los minerales al alza en el mercado internacional. Dimos las peores señales para atraer nueva inversión. [El Gobierno] propuso impuestos a las sobreganancias mineras que era algo temporal, pero con un clima totalmente adverso para la actividad minera en el país, paralizó los principales centros mineros”, dice el economista Alejandro Indacochea.

Las proyecciones de inversión privada no son nada alentadoras. Muestra de ello es que en junio pasado, el Banco Central de Reserva del Perú (BCR) ajustó la proyección de inversión privada para 2022 de 2,5% a 0%. El presidente del ente emisor peruano, Julio Velarde, explicó que ese reajuste está alineado al retroceso de la confianza empresarial que mantiene su tendencia negativa.

“Tenemos incertidumbre en las medidas que puede hacer [el Gobierno], decisiones con respecto a propuestas de modificaciones legislativas y diferentes temas políticos que pudieran verse. Hay una desconfianza empresarial todavía, ojalá que pueda revertirse”, comentó Velarde a los medios locales.

Para Omar Narrea, la inversión en el campo minero puede ser factible, tomando en cuenta el entorno de altos precios de los minerales. “Paradójicamente, las exploraciones han aumentado en el primer semestre en comparación al año pasado de pandemia, lo que implica el gran potencial que existe en el país. De hecho, el propio Minem tiene una cartera de proyectos de exploración, sin embargo, se podría decir que esta recuperación podría ser más vigorosa si hubieran ciertas condiciones de corto plazo que minimicen este riesgo institucional”, dice.

La operación de Las Bambas se ha visto interrumpida en los últimos meses por las protestas y bloqueos de las comunidades aledañas | Reuters

El drama de los fertilizantes, la inflación y la gasolina

Llegar a la presidencia de un país en medio de una pandemia y con la economía debilitada no es una tarea fácil. A esto, hay que sumarle la invasión rusa a Ucrania que ha desatado el aumento y escasez de alimentos y fertilizantes y que el petróleo registre precios récord.

A pesar de que se trata de un fenómeno global que ha generado uno de los mayores episodios inflacionarios de los últimos años, la manera cómo el mandatario peruano ha manejado el impacto localmente no ha sido la más efectiva.

Y es que en el caso de Perú, estos factores se han traducido en un alza significativa del costo de la canasta básica que, como siempre, afecta en mayor medida a las personas con menos recursos.

“La canasta de consumo peruana depende mucho de alimentos y cuando uno ve en detalle el crecimiento de los precios no ha sido tan alto, lo mismo pasa con la gasolina. El impacto está concentrado en estos dos grupos de gasto. Lo que está haciendo el BCR es evitar que esta expectativa de inflación se traslade a la demanda salarial. Si esto sucede -como en Argentina hace buen tiempo- entraríamos en un espiral de crecimiento de inflación y de demanda salarial y romper eso es muy difícil. Estamos tratando de mantener nuestra inflación a raya”, dice César Fuentes.

Por lo pronto, la escasez de los fertilizantes y el incremento del precio de la gasolina son problemas diarios. Los constantes paros de agricultores y transportistas han llevado a la administración Castillo a tomar ciertas medidas, que en muchos casos resultan improvisadas.

En el caso de los fertilizantes, si bien el gobierno prometió la compra de este insumo para satisfacer la demanda del sector agrario, una vez más la corrupción en el proceso de licitación para la adquisición de urea ha dilatado la llegada de este producto al país.

De acuerdo con información del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) y el BCR, entre enero y mayo de 2022, se han dejado de importar alrededor de 82.000 toneladas de urea mensuales.

La falta de este importante insumo para la actividad agrícola ha puesto en jaque a pequeños productores que obtienen menores rendimientos y márgenes de ganancia. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), esta situación pone en riesgo alrededor de 365.000 trabajadores que se mudaron de la ciudad al campo en busca de trabajo debido a la pandemia.

La escasez de fertilizantes y su alza de precios ha ocasionado también un aumento de los precios de los alimentos. Por otro lado, los mayores precios de los productos agrícolas se han trasladado a otros productos alimenticios derivados del sector pecuario.

“Con la invasión rusa a Ucrania, evidentemente, se sintió el aumento de precios y la escasez de fertilizantes. La respuesta del gobierno fue de total ineptitud y corrupción en la subasta realizada para poder adquirir la urea que es importante porque implica atender a más de dos millones de pequeños agricultores y a sus familias afectados por la crisis alimentaria”, dice Alejandro Indacochea.

Por el lado de los combustibles, en los últimos meses el precio de la gasolina prácticamente se ha duplicado, generando el reclamo generalizado de los transportistas, pero también del ciudadano a pie.

Según un reporte de la agencia Bloomberg, los peruanos pagan por la gasolina más cara de todo Latinoamérica. El precio del galón de gasolina es de US$ 6,3 en promedio.

Ante el incremento de alimentos y gasolina, el gobierno de turno optó por la ineficiente salida de las exoneraciones tributarias: el IGV a los alimentos básicos de la canasta y el ISC al diésel y las gasolinas de 84 y 90 octanos.

¿El resultado? Pues nada positivo. Ambas medidas fueron un rotundo fracaso debido a que los precios de esos productos continuaron subiendo o se redujeron en porcentajes tan ínfimos que no justificaban la exoneración tributaria. Ante ello, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) tuvo que dar marcha atrás y dejar sin efecto estas normas.

«Es cierto, el retiro, la exoneración del IGV de manera temporal no ha tenido los efectos que nosotros esperábamos, eso es indudable», admitió el titular del MEF, Oscar Graham, a la radio local RPP.

Para Alejando Indacochea, estos subsidios ciegos no solo no cumplieron el objetivo de reducir los precios en ningún momento, sino que generaron un forado en la caja fiscal, “lo cual evidentemente no es sostenible a futuro”.

César Fuentes refiere que es necesario trabajar más en el Fondo de Estabilización de Precio de los Combustibles. “Este fondo existe y debería ser más agresivo al tratar de mantener los precios. Se puede negociar con el sector empresarial encargado de la refinación e importación de crudo y derivados para que realmente no haya un traslado directo del precio al consumidor. En el tema de alimentos, lamentablemente Perú es un importador de muchos productos críticos en la canasta, como por ejemplo granos, trigo y arroz. Hay poco margen del gobierno para reducir estos precios, pero podría para mejorar la logística”, dice

Por lo pronto, el MEF ya anunció que distribuirá un bono alimentario con una inversión de S/ 400 millones mensuales (US$ 103,3 millones) y que tendrá una duración de tres meses. Aún se está afinando el monto final que recibirá cada beneficiario, su periodicidad y a cuántas personas se entregará en total.

Futuro impredecible

Los especialistas coinciden en que la crisis económica es a nivel mundial, el factor político en Perú ha agudizado aún más esta situación.

Para César Fuentes, es positivo que hasta ahora Pedro Castillo haya mantenido la política monetaria y fiscal “que han sido el pilar que han sostenido el crecimiento de la economía en los últimos 30 años”. Lo que se ve es mucho ruido político que está afectando los niveles de inversión privada. Hay un desmejoramiento de la calidad del gasto público que poco a poco está teniendo más protagonismo, tanto a nivel de departamentos como de municipios. Generalmente, el gasto público en esas instancias subnacionales el problema es la calidad de gasto”, dice el catedrático.

La minería, para Omar Narrea, debe seguir siendo la principal carta para la economía peruana. “A diferencia de otros sectores, la minería ha logrado una gran recaudación gracias a los shocks internacionales sobre los precios que son bastante positivos. Las operaciones siguen siendo rentables a pesar de los conflictos sociales y del riesgo institucional. Están llegando inversiones para la exploración y se siguen manteniendo latentes las inversiones de las propias minas. No obstante, en la medida en que los precios bajen, como se ha visto en las últimas semanas debido al riesgo institucional global, este escenario podría dejar de presentarse. Por ello, es importante construir el escenario de negocios para impulsarse más por las medidas internas que por las externas”, dice.

Alejandro Indacochea tiene una visión más negativa sobre el panorama económico: El balance al año del gobierno del presidente Castillo es totalmente desfavorable. No me cabe duda que debido a la incompetencia y la corrupción que lo caracteriza el gobierno no va a poder cumplir con los cinco años de su mandato. Me temo que Perú se avecina a una nueva década perdida, ya que el deterioro continúa día a día. No es solamente el tema económico lo que afecta, sino también la descapitalización en los cuadros profesionales del Estado y la captura de las principales instituciones y empresas públicas. Hemos tenido la tormenta perfecta: el COVID 19, la invasión rusa a Ucrania y el gobierno de Castillo”, dice.

Deja un Comentario

Noticias Recomendadas!