Ae desde Las Vegas. Aunque son miles las empresas de América Latina que ya han migrado a la nube para agilizar y automatizar sus procesos y operaciones, nuestra región sigue siendo considerada una de las rezagadas en cuanto a la adopción de esta tecnología.
El crecimiento a dos dígitos que viene registrando en los últimos años y lo que se pronostica para los próximos es una muestra del potencial que tienen aún las organizaciones latinoamericanas. Por ejemplo, según proyecciones de la consultora IDC, para 2023 se estima que la nube en Latinoamérica crecerá un 30,4%.
Sin embargo, la experiencia de interacción con los servicios cloud puede ser muy distinta dada la diversidad y capacidad de cada empresa, los tiempos de implementación y la misma evolución de las tecnologías involucradas.
Muchas de las compañías que desconocían el mundo cloud fueron las que tuvieron mayor dificultad para adoptar esta herramienta -explica la misma consultora- ya que debieron contratar servicios de colaboración durante la mayor parte del segundo y tercer trimestre de 2020.
LA COMPLEJIDAD DE LA FLEXIBILIDAD TI
Efectivamente, como señalan los especialistas, el tránsito a la nube por estos días podría no ser un viaje tan sencillo como algunos creen. Ramón Viñals, líder de ingeniería de Cisco para Latinoamérica, explica que hoy muchas empresas están decidiendo qué tipo de aplicaciones pueden y es conveniente llevar a la nube.
“Hubo muchas empresas que empezaron a migrar a la nube porque querían la agilidad y las posibilidades que ofrece, así que migraron varias aplicaciones de un día para otro y después algunas incluso tuvieron que regresar a sus nubes privadas, por las implicaciones que tenía”, relata Viñals.
Y es que el actual ecosistema cloud ofrece una serie de complejidades dada la evolución, disponibilidad y variedad de oferta en productos y servicios. Hay nubes, sistemas y aplicaciones de distintos proveedores corriendo en paralelo para soportar la operación de los negocios, por lo que se ha evidenciado la dificultad para administrar todo esto que antes estaba en un ambiente privado.
“Mucho estaba dentro de tu propio ambiente controlado: sabías cuáles eran tus cargas de trabajo, tus interacciones entre unas aplicaciones y otras, tu conectividad y la de los usuarios de esas aplicaciones. Ahora, lo que está pasando es que cuando empiezo a mover mis aplicaciones hacia una nube pública, no tengo ese control”, expone Viñals.
El diagnóstico demuestra que las conexiones de las que dependen las empresas se han multiplicado en número y diversidad, lo cual ha resultado en una red y una experiencia de TI en general más fragmentada, vulnerable y difícil de escalar.
Así, las inquietudes de las organizaciones se están centrando en consolidar toda la conectividad, seguridad y visibilidad de las diversas nubes y recursos de forma similar a como lo hacían cuando tenían todo en su propio data center.
La respuesta de Cisco a esta preocupación llegó de la mano de su principal evento anual, el Cisco Live de Las Vegas, que tras dos años de formato virtual reunió esta semana a cerca de 15.000 personas para presentar sus nuevas capacidades de administración de la nube.
“A medida que pensamos cómo colaborar, sabemos que debemos simplificar el trabajo que hacemos juntos. Por eso queremos darles experiencias unificadas: cloud, SASE, redes predictivas, seguridad”, comentó en el keynote inaugural Chuck Robbins, CEO de Cisco | Cisco
La compañía está mejorando sus plataformas de red para que los clientes puedan realizar una transición eficaz y amigable hacia modelos operativos cloud, lo cual se aplicará en las carteras de Cisco Meraki, Cisco Catalyst, Cisco Nexus y un nuevo producto como Cisco ThousandEyes para pronosticar y optimizar de manera proactiva el rendimiento de WAN (redes de áreas amplias). “América Latina es una región en la que todavía hay muchos desafíos por resolver en problemas de aplicaciones, donde muchas veces, los sistemas no conversan entre sí”, comentaba Enrique Phun, analista senior de Software de IDC América Latina.
Es por ello que desde IDC concluyen que las empresas deberán revisar y trazar estrategias para agregar valor cuando se utilicen los servicios en la nube.
En este sentido, el sector bancario es uno de los que pretende dar un salto considerable, según detectó Accenture, ya que está reduciendo su dependencia de la tecnología mainframe legada (unidad central de datos y procesos) para trasladar sus funciones empresariales principales a la nube, con el objetivo de agilizar el lanzamiento de nuevos productos y mantenerse competitivo.
La encuesta de Accenture reveló que aproximadamente cuatro de cada cinco encuestados (82%) planea trasladar más de la mitad de sus cargas de trabajo de mainframe a la nube -incluyendo casi uno de cada cuatro (22%) que pretende trasladar más de tres cuartas partes- y la gran mayoría planea hacerlo en los próximos dos a cinco años.
Fernando Sinagra, director ejecutivo líder de Cloud para Accenture Hispanoamérica, explicó que “la competitividad futura de una empresa depende de la elección adecuada del tipo de nube para las aplicaciones y los servicios […]. Mediante el uso de estrategias ‘cloud-first’, las organizaciones pueden construir mejores experiencias de cliente, procesos de negocio más inteligentes y productos más sostenibles”.
Con todo esto, pese a las complejidades que ha traído la flexibilidad en el sector TI, los beneficios y capacidades de nubes públicas, híbridas y privadas bien administradas son mayores, por lo que su adopción seguirá en franco crecimiento.